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- 8 ene
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2023, año de resoluciones. 2024, año de acciones. Por (*) Francisco Lombardo (Foro de la economía del agua)

El agua ha tenido un gran protagonismo en el año que estamos cerrando. Definitivamente, en 2023, el recurso se ha colocado por fin en el centro de la agenda política, tanto nacional como internacional. Esta importante presencia del agua en la agenda institucional dentro y fuera de nuestras fronteras ha venido marcada por la actualidad, que, tozuda, nos ha recordado que cada vez hay menos agua y que, la que tenemos, no nos llega siempre de la manera que más nos conviene.

Las consecuencias del cambio climático sobre el agua han quedado ya fuera de toda duda, ejemplo de ello son las situaciones de sequía y los fenómenos meteorológicos extremos que se han repartido por todo el planeta y que han impulsado una búsqueda urgente de soluciones a nivel nacional y supranacional. El verano boreal de 2023 ha sido el más caluroso para la Tierra desde que se establecieron registros mundiales de temperaturas en 1880 y España sufre un periodo de sequía que, aún ahora, ya entrado el invierno, sigue obligando a las autoridades a tomar medidas de restricción del consumo en algunas zonas de España.

En este escenario de emergencia, el agua ha sido protagonista de varios hitos internacionales a nivel institucional a lo largo de este año. El más destacado tuvo lugar a finales del mes de marzo, coincidiendo con el Día Mundial del Agua, y fue la celebración por parte de Naciones Unidas de la Conferencia Mundial sobre el Agua. Esta cumbre trajo consigo acuerdos significativos, incluyendo la designación de un Enviado Especial de la ONU para el Agua y la creación de la Agencia de Acción por el Agua, con 300.000 millones de dólares en inversiones.

Además, la Conferencia dejó patente la importancia de la inversión en infraestructuras resilientes al cambio climático y la necesidad para ello de establecer sistemas de financiación sólidos y al mismo tiempo flexibles. De hecho, este fue el tema central del ‘side event’ que el Foro de la Economía del Agua celebró junto al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), The Nature Conservancy, la Organización de Estados Americanos y la Fundación FEMSA.

La necesidad de alianzas y cooperación para lograr el ODS6 fue también una de las conclusiones principales del Informe sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos que Naciones Unidas presentó en el mes de abril, un planteamiento que ha sido refrendado al final del año en la COP28, donde se ha destacado también la necesidad de invertir en la mejora del ciclo urbano del agua y en infraestructuras hídricas resilientes para avanzar en el acceso universal al agua potable.

España, un año de planes de acción

España es uno de los países líderes en acciones contra la sequía, tanto desde el punto de vista tecnológico como institucional. Las particularidades de nuestra geografía han impulsado el desarrollo de políticas e infraestructuras adaptadas a la escasez de agua durante toda nuestra Historia, y, el hecho de ser uno de los países de Europa más expuestos a las consecuencias del cambio climático, obliga a tomar medidas urgentes de adaptación al nuevo escenario.

Así, a finales de 2022, España lanzó la Alianza Internacional para la Resiliencia ante la Sequía, que celebrará una cumbre mundial en Barcelona a finales de septiembre de 2024. Ser la sede de un evento internacional de tal importancia muestra no solo de la implicación de nuestro país ante este desafío, sino también de su capacidad para liderar la agenda a nivel global.

El año 2023 ha estado marcado en España por la sequía y la peor DANA registrada en los últimos 40 años. En diferentes momentos del año, incluido el actual, la escasez de agua ha traído consigo la necesidad de poner marcha medidas de restricción de agua en distintas cuencas.

Para abordar esta sequía, que, según los expertos, ya es un problema estructural que requiere medidas a largo plazo, el MITECO ha publicado un informe que incluye entre otras medidas una inversión de 11.839 millones de euros para impulsar la desalación, la reutilización y la eficiencia en el uso del recurso, a través de la mejora de las conducciones e infraestructuras de regulación.

A esta dotación se suma la segunda convocatoria del PERTE de Digitalización del Ciclo del Agua, que contempla subvenciones para proyectos de digitalización de abastecimiento en alta, distribución, saneamiento y depuración del ciclo urbano del agua. Este ha sido además el año de la aprobación del Plan de Acción de Aguas Subterráneas 2023-2030, que tiene como objetivo la mejora del conocimiento, la gestión y la gobernanza de estas aguas, cuyo mantenimiento en buenas condiciones es vital para garantizar el equilibrio hídrico.

Buscar fuentes alternativas como el agua regenerada; velar por el buen estado de las masas de agua exteriores y subterráneas, y optimizar al máximo el agua disponible evitando pérdidas de recurso son las líneas clave de actuación para adaptar la gestión del agua a las nuevas necesidades que marca el cambio climático.

Una misión colectiva

En retrospectiva, el año 2023 ha sido, sin duda, crucial para el agua. Un año de concienciación, de planes de actuación y de reconocimiento de la necesidad imperante de proteger, gestionar y conservar este recurso invaluable.

2023 ha sido el año de las resoluciones. Necesitamos que 2024 se convierta en el año de las acciones, y para ello son necesarias todas las manos. Es imperativo que el sector público refuerce las inversiones en infraestructuras hídricas, las modernice y las adapte a las nuevas necesidades sobrevenidas del cambio climático, para aprovechar hasta la última gota disponible y fomentar la economía circular. En este desafío, el sector privado tiene también un papel fundamental, como apoyo tecnológico y económico para las administraciones, así como los usuarios del agua, por su contribución a través de las tarifas y de un consumo responsable del recurso.

Feliz año 2024 para los implicados en salvaguardar el agua, uno de los recursos más importantes del planeta, que somos todos y cada uno de nosotros.